viernes, 24 de febrero de 2017

Jackie (¿hace falta algo más?)


Nada más empezar la película, vemos un periodista llegar a la vivienda de los Kennedy donde ha sido citado por Jackie para una entrevista en profundidad, apenas dos semanas después del asesinato de JFK. Tras abrirle la puerta y sin todavía invitarle a pasar, manteniéndose hierática bloqueando la puerta, tiene lugar la siguiente conversación (cita sacada directamente del guión de la película)



JACKIE
You understand that I will be editing this conversation? Just in case I don’t say exactly what I mean.

JOURNALIST
With all due respect that seems very unlikely, Mrs. Kennedy. 

[Jackie stares at him, polite but firm]

JOURNALIST 
Right. Okay. So this will be your own version of...what happened. 

JACKIE 
Exactly. Come in. 


Este momento resume y sintetiza la perfección lo que vamos a ver a continuación: no un biopic tradicional, ni siquiera una reconstrucción fidedigna e imparcial de aquellas dos semanas desde el asesinato en Dallas hasta el funeral del mismo. Es el retrato de un momento y un lugar decisivos en la historia americana del s.XX contados por alguien que lo vivió muy a su pesar en primera persona y cuya principal preocupación es dejar constancia alto y claro del legado de su marido y de paso y por extensión, el suyo propio como superviviente, hasta el punto de relegar al mismisimo JFK casi únicamente a detonante de lo que vamos a ver y comparsa de la Primera Dama.

Consciente de la imposibilidad de contar algo así de manera lineal, con una narrativa convencional de causa-efecto, con planteamiento - nudo - desenlace, el guión y la dirección optan por seguir el desarrollo de la entrevista indicada, con frecuentes flash-backs que siguen el "stream of conciousness" de Jackie, tanto de lo que narra al periodista como de sus recuerdos que omite compartir con el mismo, mostrándonos una mujer firmemente determinada a no perder el control y dejar su huella y su versión de lo que le ha tocado vivir. 

Y más allá del meticuloso trabajo de dirección artística y vestuario destinados a mostrarnos con exactitud documental los momentos ya conocidos por todos y en el centro de todo claro, Natalie Portman dando vida a Jackie en uno de esos trabajos dificilísimos trabajos que son el centro absoluto de la película, con la cámara pegada a tí y a tu rostro en buena parte de la misma. Su interpretación no es nada naturalista ni falta que le hace;  ante la imposibilidad de abordar un personaje real tan público y reconocido de forma transparente Natalie se mete de lleno en el mismo, en su voz, fisicidad, gestualidad y logra que no podamos apartar la vista de su transfiguración y de la profundidad psicológica que logra darle a lo que vive, a lo que nos cuenta. Ayuda mucho la densa y atonal banda sonora de Mica Levy, subrayando la desesperación y determinación de Jackie en los momentos justos y la fotografía, entre la reconstrucción histórica y la introspección e incómoda cercanía al rostro de Natalie en buena parte del metraje, casi cada vez que habla o se comunica tanto con su entorno como con el periodista.

El resultado es una película difícil y nada obvia, aunque para mi gusto muchísimo más interesante como aproximación a un personaje que la clásica hagiografía y mera exposición de hechos ya sabidos y que ojalá siente un nuevo precedente para abordar historias así.

8/10.




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