If I fail, if I succeed At least I'll live as I believe...
¿Eres feliz?
Una de las preguntas más difíciles de responder con honestidad es la base sobre la que se construye esta película, una de las grandes sensaciones europeas del 2016. La historia de base no presenta grandes sorpresas: Inés consultora de una multinacional alemana volcada en su vida laboral trabaja en Rumanía recibe un día la visita de su padre que le hace dicha pregunta al ver el automatismo en el ha caído su vida. Las personalidades de padre e hija no pueden ser más distintas: mientras ella se esfuerza en hacerse oir y respetar en un entorno laboral básicamente masculino que la relega a hacer el trabajo sucio o directamente como asistente de sus esposas en tareas que consideran femeninas, el es un profesor de música de vuelta de todo que se toma la vida con humor (o al menos lo que los alemanes consideran humor, que esto daría para un post entero que aquí no tiene cabida). Tras una tensa visita recibida fríamente por la hija, el padre crea un alter ego "Toni Erdmann" que se presenta inesperadamente en las interacciones sociales de la hija como su "life coach" con la intención de hacerle reaccionar, de vivir su vida, de liberarse y volver a sentir.
Probablemente sea fortuito pero la película me recordó en muchos momentos al "Dogma 95", aquel movimiento que se sacó Lars Von Trier de la manga hace ya 20 años como forma de castidad y pureza del cine, que entre sus normas incluida la fotografía sin trucos de iluminación, rodaje en localizaciones reales sin luz artificial, historias que se desarrollan "aquí y ahora" y en general un cierto "naturalismo", presente en toda la película, así como en las interpretaciones y en muchos momentos de la misma que casi parecen haberse ido improvisando sobre la marcha, sin un guión claro. Las dos primeras horas dedicadas a mostrarnos las interacciones más o menos acercadas o fortuitas o interesantes entre padre e hija, que dan un poco sensación de "work in progress", de ir probando cosas sobre la marcha para ver qué puede funcionar (la directora cuenta que rodaron como 20 horas y después fueron eligiendo) entre las que encontramos momentos más o menos afortunados, algunos estirados innecesariamente y alguna joya (los pastelitos...). Y de repente, llega un punto de inflexión, casi de fuga, en forma de karaoke fortuito con Toni al piano e Inés cantando "Greatest Love of All" de Whitney Houston (elección nada casual, si atendemos a la letra). La falta total de música en la película, tanto de banda sonora como dietética cobra total sentido entonces y el momento resulta catártico para Inés convirtiendo su posterior fiesta de cumpleaños, planeada en principio como excusa para desarrollar lazos corporativos en otra cosa, la oportunidad de la protagonista para desnudarse y dejarse de artificios y convertirse en uno de los más extremos e incómodos momentos de comedia del cien europeo, sólo posible desde una concepción tanto vital como cinematográfica tan "fría" o desapegada (por decirlo de alguna manera) propias del centro y norte de Europa ( de nuevo me recuerda muchísimo a Lars Von Trier, su sombra es alargada...) y culminada por la aparición de Toni, extrema delirante y alegórica pero al final totalmente consecuente con la propuesta. Tras esto, sólo queda la calma, la satisfacción de estar en paz contigo mismo y el "Plainsong" de The Cure en los créditos como perfecto resumen y recapitulación (cuando usas clásicos en tu película, que sea tan bien como en esta).
El resultado no es una película fácil, tiene muchos altibajos y arritmias y un planteamiento y un tono que causarán tantas adhesiones como rechazos extremos pero sin duda es desde ya una de las películas de referencia del reciente cine europeo y merece la pena darle una oportunidad, porque en el fondo ¿quién no necesita un Toni en su vida?
7/10.
Sometimes you make me feel
Like I'm living at the edge of the world
Like I'm living at the edge of the world
It's just the way I smile, you said...
No hay comentarios:
Publicar un comentario