
A falta de conocer la obra original de Lorca, la película en su concepción me parece casi una tragedia griega, en su abstracción de personajes en claras figuras principales (la novia, el novio, el amante, la madre) que carecen incluso de nombre propio acorde con esta concepción, todos ellos a merced de una serie de pasiones básicas (amor, obsesión, celos, orgullo, dignidad) primarias aunque no ello sencillas de explicar ni mucho menos comprender. Todo ello apostando más por una puesta en escena barroca que reduce la palabra y verso lorquianos a lo justo y apuesta por el uso de la luz y su ausencia (los momentos nocturnos de pasión a la luz de la luna frente a la duda y angustia en los atardeceres), la música, el encuadre (la contraposición de inmensas y áridas estepas contra los cuerpos desnudos, húmedos y llenos de vida de los protagonistas) e incluso atrevidas innovaciones como el uso de dagas de cristal frente al metal para transmitir la violencia de las emociones contrapuestas de las que se sienten presos e incapaces de escapar los protagonistas. Gustará más o menos (a mi me cuesta entrar en historias tan pasionales y extremas) pero visualmente es arrebatadora y sus protagonistas lo dan todo, especialmente Inma Cuesta (toda duda y pasión insatisfecha) Luisa Gavasa (la madre, dignidad trágica), el novio (Asier Etxeandia) y Lenoardo (masculinidad arrebatadora, casi de culebrón).
Lo mejor: su atrevimiento formal y que nos den ganas de leer la obra de Lorca.
Tengo muchas ganas de verla. Me encanta Asier Etxeandia, espero y deseo que le den el Goya este año.
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