Cine social pero del bueno, sin monsergas como suele pasar en el español. Un hombre de 51 años ty su búsqueda de trabajo tras 20 meses en el paro. Elipsis y nuevo trabajo y nueva pregunta: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar por tener un curro? Todo ello contado con calma y una frialdad a ratos casi mortal, como si una historia de los Dardenne fuese dirigida por el Haneke de "Código desconocido", a episodios sueltos, como si fuera imposible abarcar toda la angustia y la tragedia de la búsqueda de empleo en un entorno de crisis como el actual con una narrativa tradicional clara de causa-consecuencia sino mostrando momentos puntuales aislados. Las interpretaciones, como casi siempre en el cine francés, soberbias, especialmente el protagonista Vincent Lindon en la escuela del menos-es-más de la Binoche y similares, asumiendo su personaje con total naturalidad. El resultado es desolador y bastante frío pero cualquier que haya vivido una situación remotamente similar (como es mi caso) podrá verse reflejado y quiero pensar que cualquier persona en general podrá entender el dilema final del protagonista.
Lo mejor: que resulta perfectamente creíble.
Lo peor: que resulte demasiado fría y cause rechazo para espectadores con poca paciencia.
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