lunes, 8 de febrero de 2016

La juventud (o no).

En la misma línea de lo que hizo es su anterior (y maravillosa) “La gran belleza”, aquí sorrentino se centra en un concepto, la juventud, o más bien la pérdida de la misma, a través de una serie de peripecias aisladas de un director de orquesta y uno de cine en un balneario suizo y que van tomando forma en torno a dicho concepto. El resultado por desgracia no es tan perfecto y redondo como en la anterior, parece hecha un poco a refubo de la misma y está llena de historias y secuencias que si bien solas funcionan a la perfección no terminan de juntarse armoniosamente. Nos queda de cualquier modo una película visualmente preciosa como es marca de la casa, con algunos momentos y reflexiones bastante incisivos a costa de envejecer (cualquier conversación de Michael Caine y Harvey Keitel o el momentazo para la historia de Jane Fonda), sano cachondeo a costa de la música pop ( impagable y paródica Paloma Faith), y muchos momentos musicales para el recuerdo.


Lo mejor: tiene muchos momentos, me quedo con las dos apariciones de Miss Universo y su conversación con el actor que interpreta Paul Dano.

Lo peor: la sensación de que es una película de descartes de lujo más o menos engarzados.

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